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CajaCafeína para la consciencia
En la confesión no buscas primordialmente una superación moral, sino la reconciliación con Dios. El confesionario es menos un aula de clase y más un lugar de encuentro. En mi propia vida, mi mejor comprensión actual de lo que estoy haciendo no es haberme alejado de la ebriedad hacia la abstinencia; la abstinencia es una ausencia. Es ligeramente más cierto decir que estoy yendo de la ebriedad a la sobriedad: un camino de paz. Pero es más cierto decir que espero ir de la ebriedad a Cristo. Y esto sucede en todas las cosas: no del vicio a la virtud, sino del vicio a Dios. La promesa que será mantenida no es ninguna de mis agotadoras, sinceras y necesarias promesas de sobriedad, sino la promesa de la presencia de Dios.
Fuente: “Sin promesas”