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CajaCafeína para la consciencia
No vale decir que han pasado ya dos mil años para acoger a Cristo. Tampoco aquellos que vivan el fin del mundo serán demasiado tardes. Cristo siempre está con nosotros, pidiendo alojamiento en nuestros corazones…Si todos fueran santos y guapos, sería fácil ver a Cristo en ellos…Pero eso no fue el plan de Dios para María, ni tampoco el de Cristo para sí mismo. Ahora él se oculta bajo todo tipo de humanidad que pisa la tierra…A un verdadero cristiano, estimularlo para su deber no es necesario—siempre tendrá el impulso con alguien para desempeñar tal o cual buena obra. No es un deber ayudar a Cristo; es un privilegio…Si así fue como acogieron a Cristo, ciertamente todavía hay que hacerlo así. No por el bien de la humanidad. No porque Cristo pudiese quedarse con nosotros, visitarnos u ocupar nuestro tiempo. No porque esas personas nos recuerdan a Cristo; sino porque son Cristo, pidiéndonos un lugar como él hizo la primera navidad.
Fuente: Room for Christ