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CajaCafeína para la consciencia
Qué rico en perdón y en misericordia es Dios. Ante Dios no tenemos privilegios, ni derechos. Si lo hemos servido desde nuestra más pequeña juventud, ¡bendito sea Dios! hemos usado bien la vida, pero eso no nos da derecho a sentirnos dueños de la Iglesia aunque seamos los obispos; aunque seamos los sacerdotes. Podemos estar más necesitados de la misericordia de Dios que el pecador que acaba de convertirse y por su amor tal vez está más cerca de Dios que quien se siente dueño de la Iglesia. Dios es bondadoso. Nadie puede juzgar sus iniciativas; apelar a su misericordia; pedir como el buen ladrón, siquiera un recuerdo de Dios, y Dios me dará más que un recuerdo.
Fuente: Está dispuesto a recibirnos