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CajaCafeína para la consciencia
Muchas personas parecen considerarlo ridículo, o hasta supersticioso, creer que el mundo todavía puede cambiar para bien. Y es verdad que en invierno a menudo hace tanto y penetrante frío que uno se tienta decir «Qué me importa si hay un verano; su calor no me sirve ahora». Sí, el mal frecuentemente parece sobrepasar el bien por mucho. Pero entonces, a pesar nuestro y sin nuestro permiso, por fin llega a su termino las intensas heladas. Una mañana los vientos cambian, y hay deshielo. Entonces, todavía tengo esperanza.
Fuente: The Letters of Vincent Van Gogh