Dragonfly

Es comprensible que tengas miedo de lo que otros piensan de ti. Pero, aunque sea entendible, es un pecado. Cuando somos completamente dependientes de Dios, vamos a tener el coraje de hacer frente a cualquiera que viole nuestra propia conciencia o la de cualquier otra persona, o de cualquiera que maltrate a otra persona. Es un pecado quedarse callado por miedo. He cometido este pecado muchas veces en mi vida, pero también he visto el fruto amargo que ocasionó en mí y en toda la iglesia.


Fuente:  Discipleship