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CajaCafeína para la consciencia
Oh Dios, te entregamos a quienes Tú nos diste a nosotros. Tú no los perdiste cuando fueron dados a nosotros, y no los perdemos por su regreso a Ti. Tu querido Hijo es solo un horizonte, y un horizonte es nada más que el límite de nuestra vista. Abre nuestros ojos para mirar más claro, y acércanos más a ti para que nos sepamos más cerca de nuestros seres queridos que están contigo. Nos has dicho que estás preparando un lugar para nosotros: prepáranos también para ese lugar bendito, para que donde Tú estés, estemos también nosotros, siempre, O querido Señor de la vida y la muerte.