¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»! ¡Escucha! Tus centinelas alzan la voz, y juntos gritan de alegría, porque ven con sus propios ojos que el Señor vuelve a Sión. Isaías 52:7-8

Señor nuestro Dios, concédenos ser tus centinelas, que comprenden lo que significas para nuestro tiempo. Te damos gracias por todo lo que ya has hecho y por cada cambio para el bien entre las naciones. Porque las naciones deben ceder ante tu voluntad, ya que nada sucede a menos que sea logrado por ti. Júzganos cuando sea necesario. Abre nuestros ojos para ver en dónde andamos mal y no de acuerdo a tu Espíritu. Sé con nosotros y danos fortaleza. Dondequiera que pase algo para conmover los corazones humanos, permite que los centinelas proclamen: «Esto proviene de Dios. No importa cuánto suframos; esto proviene de Jesucristo, quien sufrió y murió, pero resucitó». Levanta tales centinelas entre jóvenes y ancianos en todo el mundo. Que haya un pueblo que salga a tu encuentro, gritando con júbilo y agradecimiento. Amén.