Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Efesios 3:14-17a

Señor nuestro Dios, nos hemos reunido en tu presencia. Te agradecemos que por medio de tus palabras nos hayas dado algo de ti mismo que nos ayuda a ser tus discípulos, tus hijos, para permanecer firmes en fe y confianza a lo largo de nuestra vida, cualquiera sea nuestra suerte. Ayúdanos en estos tiempos, y cuando lleguen los días de dificultades y llenos de dolor, guarda a tu pueblo con la protección de tu mano. Ayúdanos a estar firmemente arraigados en la fe, aunque haya oscuridad en la tierra. Tú nos puedes dar fortaleza y valor, pues nada podemos hacer con nuestra fuerza humana. Solo el poder de tu Espíritu puede renovarnos, alertarnos y llenarnos de alegría perdurable. Porque nosotros somos tu pueblo, tus hijos, y cuando tu mano nos sostiene, podemos regocijarnos a pesar de cualquier aflicción. Amén.