Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella… Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Mateo 2: 7, 12 (Nueva Versión Internacional)
Nosotros vivimos una hora desesperada, cuando lo opuesto de unidad y amor ha sido agitado a gran ferocidad por los demonios. El materialismo que mata las almas; la infidelidad y la impureza; el engaño y la insinceridad – cuando fingimos ser algo diferente de lo que sentimos en nuestro corazón — estas cosas determinan nuestras vidas y elecciones. Por eso, es tan necesitada la unidad en el amor – unidad que no permite estorbar ni impedirnos la unión de corazón y alma.
La hora de tomar una decisión ha llegado para el mundo. Hasta los ciegos lo tienen que ver esto. Es importante juntarnos ahora, aunque no por nuestro propio bien. Así como el Arca de Noé, nuestra esperanza es poder llegar a la otra orilla, para poner los cimientos de un nuevo mundo. Es una cuestión de vida o muerte, de amor u odio, de Dios o Satanás; es cuestión de tomar una decisión.
Nuestro reto es llevar una vida de verdad, una vida sinceramente libre, una vida impulsada por la convicción, una vida donde nuestras acciones realmente reflejen lo que creemos. Nadie es perfecto, por supuesto. Nuestros corazones son campos de batalla entre el bien y el mal. Con mayor razón aún, nosotros debemos vivir por lo que dice la mejor voz dentro de nosotros; necesitamos esforzarnos por lo que es más santo e iluminado, y alimentar la parte más lúcida de nuestro corazón.
Los hombres misteriosos del Oriente, siguieron la estrella y descubrieron el lugar donde yacía el secreto del amor, en un indefenso bebé humano, envuelto en mantillas en un comedero de los animales. Ellos descubrieron el lugar donde descendió el amor de Dios. Eso es lo más importante para cada persona, el descubrir en su propio tiempo y a su propia hora, el lugar en donde ha penetrado el amor de Dios; y entonces seguir la estrella, que para él ha salido, y permanecer fiel a la luz que ha entrado en su corazón.
El nacimiento del hijo de Dios es el reto de Dios para cada uno de nosotros, de manifestar su amor. No hay ninguna manifestación de amor tan completa como una vida vivida en unidad y comunidad, amor donde las casas, puertas y corazones están abiertos para todos.
Que venga el rey Herodes con sus amenazas, para ahuyentar del país aquellos que siguen la estrella; aquellos que han venido a la estrella del amor. Que ahuyente del país hasta el mismo Niño divino. Para los seguidores de la estrella, no hay ninguna diferencia. El ángel de Dios protegerá la revelación de amor en medio de tiempos del peor odio y la más grande oscuridad y sombra.