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CajaLa muerte no tiene aguijón
Cristo ha destruido a la muerte y ha traído vida e inmortalidad.
por Johann Christoph Blumhardt
jueves, 03 de noviembre de 2022
Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio.
Por medio de Cristo la muerte ha perdido su poder y por medio de él nos levantaremos de la muerte en el tiempo señalado. Dice: «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» (1 Corintios 15:55).
Pero ¿cómo fue destruida la muerte, y cómo fue dada a luz realmente la vida y la inmortalidad? Todos nosotros hemos de morir y todos tendremos que padecer los terrores de la muerte. Entonces ¿de qué manera ahora es distinto? Para empezar, para los que creemos, auque tengamos que morir, la muerte es diferente de lo que era antes de conocer a Jesús. Nuestro Salvador dice: «El que cree en mí vivirá, aunque muera» (Juan 11:25). Y Apocalipsis dice: «Dichosos los que de ahora en adelante mueren en el Señor» (Apocalipsis 14:13).
Cuando lo piensas, en realidad nadie ha visto nunca la muerte. Solamente vemos morir y la descomposición del cuerpo, pero no la muerte. Y créeme, la muerte implica mucho más que morir. Si resulta muy mal para el cuerpo después de la muerte, ¿cómo será para el alma, de la que se origina la muerte del cuerpo?
En el Antiguo Testamento leemos sobre el Hades, el mundo de los muertos. La descripción del mismo no es una imagen muy bonita. David dice: «En la muerte nadie te recuerda; en el sepulcro, ¿quién te alabará?» (Salmo 6:5). ¿Quién sabe cuánto poder tenía la muerte sobre la pobre humanidad incluso después de la muerte, antes de la venida de Cristo?
Pero en Cristo ahora las cosas son diferentes; es decir, las cosas son diferentes para los que han aceptado el evangelio. De hecho, por medio de Cristo ha ocurrido un cambio total en relación con la muerte. Cristo vino «para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo» (Hebreos 2:14 RV). Cristo ha destruido a la muerte y ha traído vida e inmortalidad.
¿Qué sucede con la muerte? Podemos decir con confianza que los que mueren en el Señor experimentan el poder de la muerte solo en la tierra, pero no en el mundo más allá. De hecho, a través de la muerte, llegan a nosotros la vida y la inmortalidad. La luz viene a nosotros —una luz celestial—, precisamente cuando se extingue la luz en esta tierra. Por tanto, podemos decir: «Muerte, ya no tengo nada que ver contigo. Ya no puedes fastidiarme ni acosarme. Estoy libre de ti, aunque todavía tenga que esperar el día de la resurrección».
Jesús fue muerto en el cuerpo, pero hecho vivo en el Espíritu (1 Pedro 3:18). La muerte ya no tuvo más poder sobre él, y la muerte ya no tiene poder sobre los que mueren en Cristo, aun cuando deban esperar por el día de la resurrección. Nosotros que pertenecemos al Señor podemos alegrarnos cuando cerramos nuestros ojos y vemos al gran victorioso que ha destruido el poder de la muerte. Lo veremos, y los que nos rodean lo verán, cuán triunfante el alma que parte se apodera de la vida venidera.
Extraído de El Dios que sana.