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    Reflexiones para la Cuaresma

    In this season we prepare ourselves to rise with Christ to a new life and to become the new people that the world needs now.

    por Óscar Romero

    lunes, 24 de febrero de 2020

    Otros idiomas: English

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    • Julio M. Rubio O.

      para mi la cuaresma no es más que un llamado a despertar a una nueva vida colmada de alegría, felicidad infinita y autentica; constituida en una invitación a ser mejores, a superarnos a nosotros mismos y a experimentar la buena nueva que representa nuestro Señor Jesucristo, haciendo nuestro mejor esfuerzo porque otros puedan experimentarlo a plenitud.

    • Luisa Lebrun

      Es importante mirarnos en el espejo y ver el traje mal oliente que nos ha acompañado durante toda la vida, ese traje que impide mi relacion con Dios y mi projimo, que me quita la libertad de ser libre y poder amar como Dios me ama. La cuaresma es el espejo que a traves del ayuno y la oracion fervorosa al Espiritu Santo nos va a permitir limpiar nuestro yo interior y poder quitar tanto cemento que es el simbolo de nuestras acciones y permitir que reine la luz.

    • Pamela Vargas

      Este mensaje me llegó como anillo al dedo. Yo preocupada de todos los problemas que tengo, reclamando la cruz que me tocó llevar, que es pequeñísima comparada con la de los demás y la que llevó Cristo. Además, estoy viendo ya que con mucha fe, esperanza los problemas se van superando arreglando y viendo que siempre hay una luz que brilla al final del camino y siempre hay alegrías que recompensan todas las penas y dan sabor a la vida. El mensaje de cuaresma es saber llevar nuestra cruz porque después resucitaremos junto a Cristo y tendremos la alegría y el brillo de la vida con él. Gracias por dejarme compartir con ustedes, estos mensajes que sólo Cristo sabe que llegan en el momento preciso.

    • Flor de Mark de Colon

      Para nosotros la cuaresma es los días de reflexion que todo pueblo creyente debe hacer ya sea acompañando a su congregación, o de forma individual. Nuestro pueblo Panamá cree en el Dios que murió y resucito. Nosostros celebramos nuestra cuaresma con ayunos, vigilas y oraciones. Porque asi sentimos que estamos siguiendo los mandatos de nuestro Señor Jesús. No solo oramos por nuestros familiares y gobernantes sino que oramos por todos el resto del mundo. Sus familiares, amigos, gobernantes, situación politica, enfermos, y desastres, etc. La cuaresma es mas que un tiempo de reflexión. También es un tiempo de encontrarse a si mismo con el creador de nuestros dias. Nosatros no celebramos a un Cristo muerto sino a un Cristo vivo que murió y resucito el tercer dia y aun vive entre nosostros.

    • Claudia

      Pienso que esta muy bien hacer un llamado en lo que es la cuaresma. Para mi el recordar la resurrección del Señor va en mi ser a cada instante, no solamente en una fecha precisa. La cuaresma la puedo ofrecer al Senor cualquier dia o dias del año. Todo depende de la comunión personal que uno tenga con el Señor. Esa comunión que nos permite conocerle mas, leer de su palabra todos los dias. Es nuestro pan diario. Respeto las tradiciones, pero mi tradición y mi pasión es Cristo y eso lo llevo en mi ser diariamente.

    El hombre no se mortifica  [durante la cuaresma]
    por una enfermiza pasión de sufrir.
    Dios no nos ha hecho para el sufrimiento.
    Si hay ayunos, si hay penitencias, si hay oración,
    es porque tenemos una meta muy positiva,
    que el hombre la alcanza con su vencimiento:
    la Pascua, o sea, la resurrección,
    para que no sólo celebremos a un Cristo
    que resucita distinto de nosotros,
    sino que durante la cuaresma nos hemos capacitado
    para resucitar con él a una vida nueva,
    a ser esos hombres nuevos
    que precisamente hoy necesita el país.
    No gritemos sólo cambios de estructuras,
    porque de nada sirven
    las estructuras nuevas
    cuando no hay hombres nuevos
    que manejen y vivan esas estructuras
    que urgen en el país.

    17 de febrero de 1980


    Esta cuaresma, celebrada entre sangre y dolor entre nosotros, tiene que ser presagio de una transfiguración de nuestro pueblo, de una resurrección de nuestra nación. Por eso nos invita la Iglesia, en el sentido moderno de la penitencia, del ayuno, de la oración – prácticas eternas cristianas – a adaptarlas a las situaciones de los pueblos.

    No es lo mismo una cuaresma donde hay que ayunar en aquellos países donde se come bien, que una cuaresma entre nuestros pueblos del Tercer Mundo, desnutridos, en perpetua cuaresma, en ayuno siempre. En estas situaciones, a los que comen bien, la cuaresma es un llamamiento a la austeridad, a desprenderse para compartir con los que tienen necesidad. En cambio, en los países pobres, en los hogares donde hay hambre, debe de celebrarse la cuaresma como una motivación para darle un sentido de cruz redentora al sacrificio que se vive, pero no para un conformismo falso que Dios no lo quiere, sino para que, sintiendo en carne viva las consecuencias del pecado y de la injusticia, se estimule a un trabajo por una justicia social y un amor verdadero a los pobres. Nuestra cuaresma debe despertar el sentimiento de esa justicia social.

    Hacemos un llamamiento entonces para que nuestra cuaresma la celebremos así, dándole a nuestros sufrimientos, a nuestra sangre, a nuestro dolor, el mismo valor que Cristo le dio a su situación de pobreza, de opresión, de marginación, de injusticia, convirtiendo todo eso en la cruz salvadora que redime al mundo y al pueblo. Y hacer un llamamiento también para que, sin odio para nadie, nos convirtamos a compartir consuelos y también ayudas materiales, dentro de nuestras pobrezas, junto con quienes tal vez necesitan más.

    2 de marzo de 1980


    Ya de por sí la Pascua es grito de victoria,
    que nadie puede apagar aquella vida que Cristo resucitó,
    y que ya la muerte
    ni todos los signos de muerte ni de odio contra él
    ni contra su Iglesia podrán vencer.
    ¡Él es el victorioso!
    Pero, que así como florecerá
    en una Pascua de Resurrección inacabable,
    es necesario acompañarlo también en una cuaresma,
    en una Semana Santa,
    que es cruz, sacrificio, martirio.
    Y, como él, decir:
    Dichosos los que no se escandalizan de su cruz.
    La cuaresma, pues, es un llamamiento
    a celebrar nuestra redención
    en ese difícil complejo de cruz y de victoria.
    Nuestro pueblo actualmente está muy capacitado;
    todo su ambiente nos predica su cruz.
    Pero los que tienen fe y esperanza cristiana
    saben que detrás de este calvario de El Salvador
    está nuestra Pascua,
    nuestra resurrección.
    Y ésa es la esperanza del pueblo cristiano.

    23 de marzo de 1980


    Artículo extraído de La violencia del amor.

    Un crismón tallado en piedra
    Contribuido por OscarRomero Óscar Romero

    Monseñor Óscar Arnulfo Romero, intrépido defensor de los pobres y desamparados, alcanzó renombre mundial durante sus tres años como arzobispo de San Salvador. Se murió por la bala de un asesino en 1980.

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