Una nueva época

Yo soy la luz que ha venido al mundo, para que todo el que crea en mí no viva en tinieblas. Juan 12:46

En este cumpleaños de Cristo, que cada persona crea que Jesús nos ayuda. El Jesús vivo llegará para hacer algo nuevo de nosotros. Él es la promesa de ayuda de Dios. Por esta razón proclaman los ángeles, “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su favor.”

Es verdad que lo que cantaron los ángeles no ha pasado todavía, pero podemos esperar por el tiempo cuando Jesús aparezca, y entonces diremos: “¡Yo estaba muerto, pero veme aquí, vivo!” Nosotros podemos esperar por tal momento, que debe venir – que seguramente vendrá – y por su causa nos regocijamos y anhelamos honrar al Padre. Esto debe ser nuestra delicia, consolación y fuerza. Las mejores esperanzas para nosotros y también para el mundo entero, vienen de Jesús, y en él fortalecemos nuestro espíritu contra todo mal.

Al final no tendrán importancia ningún diablo, infierno ni condenación. Solo Jesús tiene el derecho de reivindicarse a todas las personas por derecho al amor y misericordia de Dios. La tierra misma se regocijará, y los árboles y hierba se alegrarán en Cristo, y él no será despojado ni  de un pelo. Ninguna persona, ningún pecado, ninguna muerte, ningún diablo o satanás, pueda quitarle ni siquiera un hilo, en este mundo. Todo le pertenece a Cristo por el amor del Padre.

Es una tragedia que tantos ya no creen que Dios es amor; Cristo ha sido representado como su condenación. El mayor grito a Dios en nuestro corazón, debe ser: “Oh Padre, que se extermine la falsa cristiandad, para que la voz de tu hijo pueda oírse – porque nosotros tenemos tanta religión que ya no se oye nuestro salvador.” Oremos para que la voz de Cristo se escuche de nuevo. ¡Porque ningún infierno, ningún pecado, ninguna muerte importe, pues Jesús vive! Esto tiene que proclamarse  el día de su nacimiento, y nadie se avergonzará  por exaltar y honrar a Jesús. Él es el Señor, quien es, fue y será, para honor a Dios.